Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para el correcto funcionamiento y visualización del sitio web por parte del usuario, así como para las estadísticas. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Por más información lea nuestros Términos y Condiciones

La ducha como dispositivo

Detalles
Cant. Págs.
200
Dimensiones
145 x 205 x 12.15mm | 255g
Fecha de publicación
Editorial
NOBUKO/DISEÑO EDITORIAL
País de publicación
Argentina
Lenguaje
Spanish
ISBN
9781643606088
Precio de venta
$ 714
Aceptamos transferencia bancaria, Abitab, RedPagos y todas las tarjetas a través de mercadopagos.
Chateanos por WhatsApp
Precio de venta
$ 714
Aceptamos transferencia bancaria, Abitab, RedPagos y todas las tarjetas a través de mercado pagos.
Chateanos por WhatsApp
Detalles
Cant. Págs.
200
Dimensiones
145 x 205 x 12.15mm | 255g
Fecha de publicación
Editorial
NOBUKO/DISEÑO EDITORIAL
País de publicación
Argentina
Lenguaje
Spanish
ISBN
9781643606088
Descripción

Ducharnos es algo que hacemos sin reflexionar más allá de la imagen que el mercado nos ha convencido con tal intensidad, que no dudamos de ella. El cuerpo mismo ha pasado a ser un objeto de consumo de la vida privada, dentro del espectáculo del confort. El ideal de lo bello, joven y limpio en la ducha es un producto construido recientemente para alimentar nuestro imaginario. La deriva que ha seguido la aparición de la ducha en occidente, hasta llegar a formar parte de la cotidianidad, es más interesante que la de un simple aparato sanitario relegado a una esquina del cuarto de baño. Realizando un sondeo en sus distintas épocas, es posible detectar momentos en que, pese a ser un espacio hidroterapéutico elitista, la ducha inspiraba gran temor. En otro momento, la ducha se veía como un instrumento extravagante, incluso cómico. Y en su proceso de domesticación, pasó a ser un mecanismo de control de aquella parte de la sociedad considerada anormal: los huérfanos, los alienados, los presos, los obreros... en definitiva, los otros. Los conductos por los que circulan los flujos que recibimos, así como las conductas que nos hacen seguir, permiten afirmar que la ducha es un dispositivo de control.