Marta Arrieta perfila su fugaz andadura como alguien que observa un entorno sensorial y emocional exuberante.Es una de esas musas que surgen cuando se empieza a esbozar un fértil recorrido creativo, como el que despliega el autor.El eco evocador de sus palabras replica la eterna búsqueda de lo esencial, sin dejar de lado algún reflejo agrio o amargo, a través de la voz efímera, pero tangible, de Marta