Durante el invierno de 1977 policías de Tucumán limpiaron las calles de la ciudad, por orden del entonces gobernador de facto, Antonio Domingo Bussi, para evitar que se viera la miseria en los lugares públicos. Así tambien, hizo construir murallones en las villas miserias para que no se observara la realidad, y mandó pintarlos con los colores de la bandera argentina. Los mendigos tucumanos fueron trasladados y abandonados a su suerte en las montañas fronterizas con Catamarca. Esta obra teatral toma ese hecho real solo como punto de partida para intentar convertirse en una metáfora del genocidio.
Durante el invierno de 1977 policías de Tucumán limpiaron las calles de la ciudad, por orden del entonces gobernador de facto, Antonio Domingo Bussi, para evitar que se viera la miseria en los lugares públicos. Así tambien, hizo construir murallones en las villas miserias para que no se observara la realidad, y mandó pintarlos con los colores de la bandera argentina. Los mendigos tucumanos fueron trasladados y abandonados a su suerte en las montañas fronterizas con Catamarca. Esta obra teatral