"Treinta y tres meditaciones, una por cada letanía al Sagrado Corazón, escritas por sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado que misionan en distintas partes del mundo, para meditar a lo largo de un mes venerando el Corazón traspasado del Señor.El Corazón de Jesús no es el corazón de una persona cualquiera, no se trata del corazón de una persona que vivió en el siglo I, sino que es el mismo Corazón de Dios. Tremenda es esta verdad, vemos hasta qué punto llega el amor de Dios, podemos decir hasta la locura. El Sagrado Corazón de Jesús nos enseña que Dios no está «allí afuera», como una montaña esperando a ser explorada, sino que es un Dios que nos busca incansablemente. Su Corazón de carne, más tierno y sincero, más noble y más fiel que todos los corazones, nos entiende perfectamente. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado (Heb 4,15). Somos comprendidos perfectamente por nuestro Dios. Para cada uno de nosotros hay un lugar muy especial en este Corazón, porque es el Corazón de Dios. Busquemos en él nuestra paz y nuestra tranquilidad, nuestro refugio y nuestro sostén en todas las dificultades y pruebas que nos toque vivir."
Treinta y tres meditaciones, una por cada letanía al Sagrado Corazón, escritas por sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado que misionan en distintas partes del mundo, para meditar a lo largo de un mes venerando el Corazón traspasado del Señor.