Carmen Arjona realiza una descripción esmerada y emotiva de Pepe el Cachas, un hombre de una personalidad singular y atrayente. Nos cuenta la autora que a La Puebla, venían gentes de toda condición, famosos y no, con dinero o sin él, artistas, gente del flamenco, pintores, escritores, del cine, intelectuales expresamente a buscarlo, a tener charlas con él, de cante, de arte, de cultura en general. En este bello pueblo, Pepe pasó su infancia, pero tuvo que emigrar a tierras catalanas. Hasta que volvió pleno en vivencias, conocimientos del mundo del flamenco e iniciado en al arte de las antigüedades, que convertiría en su profesión.El lector, tanto si conocía al Cachas como si no, encontrará en esta vivificante biografía, de lenguaje cercano, salpicada de anécdotas y tiernos momentos, la vida de una persona ingeniosa, entrañable, amante y mecenas del cante jondo, que ha dejado un insustituible vacío.Sirva esta obra como meritorio homenaje a este insigne morisco que dejó huella en una esquinita del Bar Central.Angel F. Sánchez Escobar
Resumen por: Angel F. Sánchez Escobar
ÍNDICESe fue pal jardín 13Prólogo de Miguel Núñez Núñez. Huérfanos deEl Cachas. 15Prólogo José María Gómez Valero y David Eloy Rodríguez. Abrazos poéticos y flamencos para Pepe el Cachas. 17Nota de la autora y agradecimientos. 23Pepe el Cachas. Perdona que te moleste... 25Primeros momentos en La Puebla de Cazalla. 36Santa Coloma de Gramanet y Barcelona. 38El arte del anticuario. 54La Molineta. 58La esquina en el Central. 62Cáceres. 68Madrid y el comando Vallecas. 72La pintura. Patricio Hidalgo. 78El flamenco tiene que herir. 83Los Arquillos. 93Toca seguir adelante. 101Epílogo de Miguel Ángel Rivero: Pepe el Cachas. In memoriam. 103
LIBRO SOBRE PEPE EL CACHAS, AFICIONADO EJEMPLARLa historia -o intrahistoria- del flamenco no puede hacerse sólo con las aportaciones biográficas y artísticas sobre artistas flamencos, sino que también debe contemplarse la participación y relevancia de otros perfiles como los de los letristas, representantes artísticos, los críticos, o los aficionados, entre otros. Bien, pues precisamente a un aficionado ejemplar, José Rubio Angorrilla, Pepe El Cachas, se dedica este libro de Carmen Arjona, investigadora y licenciada en Periodismo, doctora en Estudios avanzados de flamenco, escritora y miembro del colectivo cultural Gallo de Vidrio de Sevilla.Nacida en Almargen (Málaga), está muy ligada al pueblo tan flamenco Puebla de Cazalla (Sevilla), cuna de tan grandes artistas de lo jondo. Gran aficionada también ella, fina comentarista, le hace este honor a Pepe El Cachas, que, según se nos dice en la contraportada como reclamo, es un gran aficionado de La Puebla al que acudían no sólo gente del flamenco sino artistas de otros ámbitos, para conversar y enriquecerse con sus vivencias y conocimientos del mundo del flamenco, gracias a su altísima afición y al contacto personal con artistas como José Menese, Diego Clavel, el pintor Francisco Moreno Galván, etc. Persona ingeniosa, entrañable, amante y mecenas del cante jondo, que ha dejado un insustituible vacío, así se le describe. No ha podido, por tanto, conocer este libro de homenaje y ahora sus amigos del Central, el famoso bar que tanto flamenco atesoró dentro y que ahora está cerrado. Lo ha regentado tantos años Fernando el del Central, otro que merecería un libro por su afición y su cante entre amigos -vive aún, así que queda hecha la invitación para los que lo conocen bien, tal vez la misma Carmen Arjona-.Contiene la obra -breve pero densa de anécdotas, vivencias, testimonios y fotos- prólogos emotivos de Miguel Núñez, José María Gómez Valero / David Eloy Rodríguez, así como un texto con la firma Ricardo, titulado Se fue p´al jardín, alusión a la muerte (el 6 de mayo de 2021 falleció). Los prologuistas lo describen como un hombre abierto, con capacidad para aglutinar, con conocimientos de pintura (no sólo de brocha gorda, a lo que se dedicó y posteriormente a anticuario, sino a la de las bellas artes) y de flamenco, el mejor anfitrión en fin. Emigrante a Cataluña, volvió con los años, como tantos, a su querido pueblo. Fue padrino artístico de artistas como La Yiya, merecedora del éxito que tiene ahora, y del jovencísimo Pepe El Boleco, todo un descubrimiento. Nació en Sevilla pero se fue a La Puebla desde muy niño, donde hay una afición increíble, unos artistas de antes y de ahora de gran calidad y un festival de flamenco de los mejores.Gracias a Carmen Arjona y a los editores, Los Amigos del Central, por este reconocimiento a un aficionado ejemplar. Pepe El Cachas era de los que pensaban que el flamenco tenía que herir. Carmen Arjona ha sabido acercarnos con acendrada sencillez a la persona y no sólo al aficionado. Enhorabuena. JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ