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Sufre, luego importa

Detalles
Cant. Págs.
136
Dimensiones
145 x 210 x 8.51mm | 183g
Fecha de publicación
Editorial
PLAZA Y VALDÉS ESPAÑA
País de publicación
Spain
Lenguaje
Spanish
ISBN
9788416032662
Precio de venta
$ 575
Aceptamos transferencia bancaria, Abitab, RedPagos y todas las tarjetas a través de mercadopagos.
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136
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145 x 210 x 8.51mm | 183g
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Editorial
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País de publicación
Spain
Lenguaje
Spanish
ISBN
9788416032662
Descripción

¿Qué trato merecen los animales? Este libro no plantea la cuestión meramente desde los ejemplos y las opiniones sino que, sin perder su pretensión divulgativa, son los argumentos filosóficos los que guían la estructura del texto como un todo. Aportan razones que sirven de marco para actuar de una u otra forma, al plasmarse en obligaciones concretas. La justificación teórica se aplica a cuestiones muy específicas: ¿debemos ser vegetarianos o, incluso, veganos?, ¿es legítimo usar animales como sujetos de investigación médica?, ¿ha de perpetuarse la tradición de las corridas de toros? La forma trivial y carente de rigor con la que muchas veces se han tratado estas cuestiones demanda un análisis serio de la pregunta fundamental sobre si los animales tienen o no derechos este libro veremos claramente identificadas las graves incoherencias al respecto de los postulados éticos tradicionales que, paradójicamente, todavía hoy rigen nuestras acciones. Y se defenderá que la ética no puede obviar el sufrimiento de los seres que lo padecen. El que uno pueda ser dañado tendría que ser lo relevante, y no la capacidad de hablar o la pertenencia a una determinada especie. Francisco Lara y Olga Campos identifican con claridad los motivos para cambiar de paradigma ético. Nos presentan el debate del valor moral de los animales lejos del dogmatismo pero sin renunciar a la firme reivindicación de determinadas obligaciones morales que implicarán un cambio radical en nuestra forma de relacionarnos con ellos.

Sinopsis

¿Qué trato merecen los animales? Este libro no plantea la cuestión meramente desde los ejemplos y las opiniones sino que, sin perder su pretensión divulgativa, son los argumentos filosóficos los que guían la estructura del texto como un todo. Aportan razones que sirven de marco para actuar de una u otra forma, al plasmarse en obligaciones concretas.

Tabla de contenido

PRÓLOGO DE JAVIER SÁDABA INTRODUCCIÓN 1. HACIA UNA ÉTICA NO ESPECISTA 1.1. Los animales como recursos 1.2. El peso de la tradición 1.3. ¿Razones para privilegiar moralmente a los humanos? 1.4. «Solo importa si sufren» 2. LA CAPACIDAD DE SUFRIR 2.1. Los animales no son máquinas 2.2. ¿Sienten el dolor? 2.3. Más allá de la conciencia perceptiva 3. LOS ANIMALES Y EL PERJUICIO DE LA MUERTE 3.1. ¿Es la muerte de los animales moralmente irrelevante? 3.2. La preferencia por vivir de los individuos autoconscientes 3.3. Los animales autoconscientes y la protección moral de sus vidas 4. LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES 4.1. Tener un derecho 4.2. ¿Debemos ser vegetarianos? 4.3. La utilidad de los derechos 5. LOS CONFLICTOS ENTRE VIDAS: EL CASO DE LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES 5.1. Investigación animal y relevancia científica 5.2. ¿Una excepción válida del principio de no dañar? 5.3. Gradación del valor de las vidas: una propuesta 6. ¿CULTURA O TORTURA? LAS CORRIDAS DE TOROS Y LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA 6.1. ¿El arte de los toros? 6.2. La crueldad con los animales y los límites de la creación artística 6.3. La excepción taurina 6.4. Tradición versus razón BIBLIOGRAFÍA

Revisión

Madrid. (EFE).- El maltrato que infligimos a los animales tiene una parte de antropocentrismo y otra de injusticia, según exponen los filósofos Francisco Lara y Olga Campos en su libro "Sufren, luego importan, reflexiones éticas sobre los animales", donde demuestran que ellos, como nosotros, también sufren. El doctor en Filosofía por la Universidad de Granada y profesor titular en el Departamento de Filosofía Moral, Francisco Lara, y la investigadora en el área de Filosofía Moral del Departamento de Filosofía en la misma Universidad, Olga Campos, acaban de publicar el libro "Sufre, luego importa (Reflexiones éticas sobre los animales)" y han explicado sus investigaciones. En el libro encontramos un compendio de razones éticas por las que el ser humano debería plantearse el trato que dispensa a los animales, razones filosóficas que resultan lecciones prácticas de humildad hacia esos otros seres que comparten con nosotros el planeta, y así evitar caer en el antropocentrismo, idea por la que el hombre se considera superior a todas las especies. Para estos dos investigadores, en muchos animales se encuentra una similitud fisiológica con respecto a los rasgos considerados relevantes para sentir dolor muy parecidos a los de los seres humanos. "De hecho, el desarrollo de muchas especies y el nuestro propio fueron paralelos hasta el punto de que nuestra historia evolutiva divergió cuando estuvieron formados los rasgos centrales de nuestro sistema nervioso", explica Campos. "Además, se ha constatado - añade la investigadora- que los demás vertebrados poseen los mismos centros responsables del placer y del dolor que los humanos. Y encontramos también muchas similitudes con respecto a los mecanismos biológicos inhibidores del dolor, como la segregación de sertonina y endorfinas". Para estos filósofos, los animales sienten el dolor aunque no tengan un lenguaje como el nuestro para comunicarlo, "igual que los bebés y los niños pequeños. Los indicios que nos llevan a afirmar la conciencia del dolor en el caso de humanos carentes de lenguaje son igualmente identificables en la mayoría de animales no humanos". "Además, si nos percatamos de la conexión entre el éxito de las estrategias de supervivencia y la posibilidad de experimentar el dolor, comprobamos que la teoría de la evolución respalda la idea de la conciencia animal", argumentó Campos. Ambos investigadores subrayaron la importancia que tiene psicológicamente ese sufrimiento por el que, aseguraron, un dolor continuado provocará también en su caso estados mentales desagradables como ansiedad, estrés o depresión. Se trata de "un sufrimiento que, al margen del dolor, también puede generarse por las condiciones de vida que hemos establecido para los animales destinados a alimentación, los que se encuentran en zoológicos, en circos o en cualquier situación de confinamiento", indicó Campos. Según los filósofos, la mayoría de las personas a las que preguntáramos sobre la capacidad de sufrir de los animales responderían reconociendo que los animales no son máquinas sino que son capaces de sentir y padecer. "Se han hecho estudios que revelan una indignación y sensibilidad generalizada ante los actuales métodos de producción intensiva utilizados para abastecer las demandas de carne y pescado. La paradoja es que el cuestionamiento de tales prácticas no va acompañado de la decisión de prescindir del consumo de animales", se lamentó Campos. Lara y Campos aseguraron que es cierto que con relación a muchos ámbitos hay una desinformación del alcance real del maltrato que sufren los animales, pero también lo es que "la comodidad suele pesar más que el sentido de la justicia". Para los dos investigadores, tradicionalmente se han obviado las capacidades reales de los animales relegando la explicación de sus acciones a una cuestión de mero instinto. Esto, según Campos, obedece a un paradigma científico igualmente antropocéntrico, donde la racionalidad es territorio exclusivo de los humanos. Lara y Campos concluyeron con un argumento definitivo que revela el sentido de su estudio: "Más allá del nivel de racionalidad, lo que de verdad resulta intuitivamente justo es preocuparse por todo aquel que pueda sufrir, sabiendo que esta experiencia es realmente muy básica y que no requiere de complejos mecanismos mentales para tenerla".